ABRIENDO CAMINOS PARA UN MEJOR FUTURO
Lucely Castillo, la profe, ha sido docente en distintas veredas de Vistahermosa. Muchos jóvenes, niños y niñas de la zona han pasado por su salón de clase y la conocen de tiempo atrás. Ella también los conoce, las caras y los nombres de sus pupilos no le son ajenos, los ha visto crecer, a algunos huir, a algunos quedarse, a todos luchar –desde distintos bandos- por sobrevivir en medio de la guerra en la que les tocó nacer.
La profe llegó a vivir al caserío de La Cooperativa hace 9 años, venía de su finca en la vereda Las Delicias, de donde la sacaron los constantes combates. Su casa estaba en la mitad de una loma que era, tanto para la guerrilla como para el ejército, un punto estratégico. Con su ánimo de maestra, nos cuenta algunas anécdotas, tratando incluso de imprimirle gracia a sus historias, en las que ella, su esposo y sus hijos tenían que correr a esconderse de los disparos que pasaban sobre ellos.
También la sacó de su finca el deseo de que sus hijos pudieran seguir estudiando, ya entraban a bachillerato y la profe, fiel a su vocación, estaba empeñada en quitarle a la guerra el poder sobre sus muchachos, y en darles a ellos las herramientas para construir un futuro diferente. De un tiempo para acá, los esfuerzos de Lucely y de muchos otros comprometidos con la niñez y la juventud, parecen estar dando mejores resultados, como ella misma reconoce:
Es diferente, hoy en día el niño sí piensa en estudiar, uno antes escuchaba decir que yo hasta quinto, los papás decían hasta quinto y se acabó el estudio. Ahora no (…) la cuestión ha cambiado 100%. Aquí uno trabaja con muchas limitaciones pero la mentalidad de los padres ya es diferente, ya no es la primaria y no más (...) En la época de mis hijos era quinto y a raspar, o a la guerrilla, ahora ya no escucha ese cuento, o sea que sí es un cambio, a futuro sí.
Y es que siempre será mejor hablar de futuro sin la amenaza de los fusiles, sin el caos de los combates y sin tener que buscar escapatorias que acababan siendo condenas. Hoy la profe Lucely tiene más argumentos y opciones que ofrecer a los niños, niñas y jóvenes de las veredas donde trabaja; hoy les puede decir que hay un país comprometido con ellos y con la paz, y que no están sentenciados por las armas o la coca. Las posibilidades siguen siendo limitadas, como ella misma nos dice, pero el camino se está abriendo y todos los que podemos aportar a esa construcción de futuro, estamos en deuda.
Escrito por Daniela Vargas, Oficial de Información Pública, Regional Villavicencio
Misión de la ONU en Colombia, Junio 2017