La Paz, Cesar. Mayo 21 de 2107. “Es tiempo para que entre nosotros mismos armemos lazos de reconciliación, de amistad, con los nuestros, con los demás, es el momento de abarcarnos, de abrazarnos, de todo!”, dice entre lágrimas y con la voz cortada, la hermana de un integrante de las FARC que dejó de verlo hace 21 o 22 años en un día de agosto de ese año, que ya no recuerda.

Así como ella, cinco familias más se reencontraron con sus parientes integrantes de las FARC que hace 13, 17, o 30 años no veían y que incluso algunos daban por muertos.

Este primer reencuentro de familiares se dio en el municipio de La Paz, Cesar, en la Zona Veredal Transitoria de Normalización (ZVTN) en donde alrededor de 200 integrantes de las FARC avanzan en su proceso de dejación de armas y reinserción a la vida civil.

“Cumplimos!” fue lo primero que le dijo Daniel Morón, coordinador de Pastoral Social de la Iglesia Católica en el municipio de La Paz, a uno de los comandantes de las FARC-EP en la ZVTN. Morón fue uno de los gestores del reencuentro familiar, iniciativa que surgió del comandante guerrillero quien pidió a la Iglesia los buenos oficios para ubicar a los familiares y ponerlos nuevamente en contacto.

Este primer evento contó con el apoyo de la Diócesis de Valledupar, la Comisión de Conciliación Nacional, la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica, y la cooperación de la república de Alemania, y abre la puerta a la reconciliación de esta región, señaló Morón: “en los municipios cercanos, en los corregimientos hay un gran ambiente, porque 15, 20 años atrás, esta región del Cesar fue golpeada tanto de grupos de extrema derecha como de extrema izquierda, las fincas abandonadas, la economía estaba quieta, y estamos viendo que los ganaderos, que los dueños de las fincas están volviendo, a esos territorios y están tratando de producir nuevamente, hay un espíritu de confianza en este momentos”.

La profesora y columnista, Socorro Ramírez, integrante de la Comisión de Conciliación, quien acompañó el proceso de reencuentro, destacó el proceso que han vivido los familiares y de cómo han evolucionado emocionalmente con estas acciones y lo que han logrado durante meses de trabajo.

“Cómo ayudar a procesar esos miedos y volverlos fortaleza, esperanza, reencuentro,  yo creo que es muy positivo. Uno ve ese crecimiento tan maravilloso, de una fuerza que esta ayudando a que esto sea posible y que logró soltarse de los miedos con los que llegó”.

La meta de Morón y su equipo de apoyo es lograr cerca de 100 reencuentros en la ZVTN de La Paz, y la ubicada en el municipio de Fonseca, La Guajira.

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