Mensaje del Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault a la Conferencia de Prensa

Representante Especial y Jefe de la Misión de las Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault a la rueda de prensa, 10 Octubre 2016. Photo: Misión de la ONU en Colombia

10 Oct 2016

Mensaje del Representante Especial del Secretario General y Jefe de la Misión de Naciones Unidas en Colombia, Jean Arnault a la Conferencia de Prensa

Quisiera inciar esta conversación con ustedes compartiendo el balance que hacemos de la semana extraordinariamente intensa y efervescente que acaba de transcurrir, resultado de dos eventos que sorprendieron al mundo :  la firma el 26 de septiembre de un acuerdo poniendo fin a 50 años de conflicto – un acontecimiento del cual la comunidad internacional no había sido testigo en muchos años – y el rechazo de este mismo acuerdo por una mayoría, aunque fuera estrecha, de la población el 2 de octubre.    Este doble acontecimiento planteó a la sociedad colombiana - y hasta cierto punto a la comunidad internacional misma – el reto de definir los pasos a tomar para reconciliar la necesaria paz con el imprescindible establecimiento de un consenso nacional. 

Por cierto, noto que el desafío no hubiera sido tan distinto si el Si había prevalecido con el mismo margen que dió la victoria al No.   No hubiera disminuido la necesidad de un consenso nacional en torno al Acuerdo final de paz

Frente a este desafío,  celebramos en primer lugar las decisiones tomadas por el Gobierno de Colombia y las FARC el pasado viernes :

  • Reconocer el voto desfavorable de una mayoría en el plebiscito y abrir inmediatamente un diálogo estructurado con los sectores que se manifestaron por el No y la ciudadanía en su conjunto.
  • Reafirmar al más alto nivel el firme  compromiso con el cese al fuego y de hostilidades, e iniciar sin demora el diseño de un nuevo concepto de separación de fuerzas que garantice no solo la seguridad a  todos los combatientes sino también la tranquilidad de las comunidades en los territorios.    Sobre la base de este nuevo diseño, la Fuerza Pública y de las FARC-EP  tomarán una serie de medidas de redespliegue de sus fuerzas que minimice la posibilidad de encuentros armados y constituya un puente entre el dispositivo actual y la plena implementación del acuerdo de cese al fuego definitivo y dejación de armas, que esperamos se concrete lo más pronto posible
  • Extender las medidas de confianza que se han tomado a lo largo del último año: desminado humanitario, búsqueda de desaparecidos, sustición de cultivos ilícitos, salida de menores de los campamentos de las FARC-EP y situación de personas privadas de la libertad.  Estas son medidas que, más allá de los acuerdos, alivian la situación humanitaria.  Esas medidas también  coinciden con nuestra experiencia :  un proceso de paz no se nutre solo de promesas hacia el futuro sino de beneficios concretos para la población.

Destacamos también la actitud constructiva de quienes no se vieron reflejados en el Acuerdo de Paz pero enfatizaron su apoyo a la paz y su aceptación del diálogo.     Con flexibilidad y la voluntad de llegar a conciliar intereses,  es posible y deseable que este debate lleve a entendimientos representativos de la diversidad de visiones y sensibilidades que coexisten en Colombia.

Subrayamos finalmente el consenso nacional absolutamente contundente en torno al cese al fuego.   Y notamos con aprecio el fuerte apoyo al papel que la Misión de las Naciones Unidas puede jugar en este momento de delicada transición.

Todo ello seguramente no elimina los interrogantes, las inquietudes y los retos, pero ofrece un cauce, una metodología para superarlos en el marco de la exigencia fundamental de los Colombianos : el no retorno al enfrentamiento armado y la pronta conclusión de un Acuerdo final de paz.

Sin pretender que este diseño de transición sea  necesariamente exitoso, creemos que constituye una respuesta madura, equilibrada a la crisis abierta hace una semana por el resultado del plebiscito,  y ayudará a que la comunidad internacional renueve su confianza en el proceso de paz de Colombia.

Ese es el significado del premio Nobel de Paz honrosamente conferido al presidente Santos y, por su intermedio, a todos los colombianos y todas las víctimas, como él mismo lo dijo.

En todo caso, ese es el mensaje que llevaremos en los próximos días a la Sede de las Naciones Unidas. Y con él, llevaremos la recomendación que los Estados Miembros respondan con madurez a la madurez demostrada hasta la fecha por los Colombianos, sigan con su apoyo respetuoso a los esfuerzos nacionales, y en particular autoricen a la Misión participar plenamente en la verificación de las nuevas medidas para el cumplimiento del cese al fuego.

Muchas gracias